La salud: Un derecho que debe estar al alcance de todos
La Declaración Universal de Derechos Humanos y el Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales, reconoce la salud como un derecho inalienable e inherente a todo ser humano. La constitución de la OMS (Organización Mundial de la Salud), establece que el goce máximo de salud que se puede lograr, es un derecho fundamental para el engranaje social y humano.
La salud, bajo estos parámetros se entiende no sólo como la ausencia de enfermedad, sino el estado de bienestar total: Físico, mental, emocional, social y psicológico. Esta idea, que debería estar más que asentada en todas las sociedades, no siempre es posible porque se han encargado de crear elevados costes para convertir la salud en un lujo. En países del tercer mundo e incluso en continentes desarrollados como el nuestro, según qué medicamentos y terapias no están al alcance de muchas personas. Eso contraviene la norma de derecho más importante que sostiene a la humanidad: El derecho a la salud y a la vida digna y a poder escoger la manera de cuidar de nuestra salud y de nuestro cuerpo, obligándonos a no poder decidir de qué manera queremos mejorar nuestra salud y aceptar lo que nos ofrecen sin posibilidades de escoger otros modos o maneras debido a los elevados precios que muchos no pueden pagar.
Tres hitos en este sentido reconocen la salud como derecho fundamental. Establecido por la OMS en 1946, le da la prevalencia a la salud como derecho humano inalienable. En 1948, aparece en la Declaración Universal de los Derechos Humanos y, finalmente, en 1966 vuelve a recalcarse el «derecho humano» a la salud en el llamado Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales.
Los costes y la maquinaria de las farmacéuticas obligan al enfermo y a muchos seres humanos a pagar precios desorbitados. Citemos el caso de las terapias de salud alternativas. Muchas de ellas al no ser reconocidas por el sistema de salud y seguridad social de algunos países, hacen posible que no estén al alcance de quienes las necesitan. Es por ello que en Hidroterapia VITALBIEN, hemos decidido hacer valer el derecho inalienable a la salud ofreciendo un precio razonable para todos los bolsillos en todas y cada una de nuestras terapias ¿La razón? porque como seres humanos a cargo de una empresa de salud nos interesa el bienestar de nuestros clientes, en tanto de que todos nuestros aparatos destinados a procurar el máximo bienestar están amortizados y esto hace posible que podamos ofrecer los mejores precios del mercado. Es importante que las personas entiendan que un precio económico no está reñido con la calidad del servicio, por lo que no es óbice para procurarse el mejor tratamiento. Por suerte, está política está cambiando debido al desarrollo y a la presión de las comunidades en diferentes plataformas sociales, desde las digitales a las tradicionales, que están exigiendo democratizar la salud de manera que sea la propia persona que pueda escoger el método que considere oportuno de acuerdo con sus creencias y pareceres.
En Hidroterapia VITALBIEN queremos que el precio no sea un obstáculo para que usted decida qué terapia le conviene, más allá de las ortodoxas y tradicionales. Por eso le instamos a hacer valer su derecho y pase por nuestros centros para que compruebe lo que ofrecemos y la calidad del servicio, porque la salud no debe tener precio.