La relación entre la limpieza hepática y la limpieza de colon
La limpieza del hígado y la vesícula y la eliminación de estos cálculos biliares son uno de los más importantes y poderosos recursos en la mejora de la salud. La limpieza del hígado requiere de 6 días de preparación llevando un régimen especial, seguido de las dieciséis a veinte horas que dura la limpieza propiamente dicha.
Un colon limpio es un requisito imprescindible para el funcionamiento equilibrado del cuerpo. Si hay cálculos en el colon, estos pueden causar irritación, infección, dolores de cabeza y del estómago, problemas en el tiroides y pueden convertirse en una fuente de toxemia en el cuerpo y obstruir el hígado.
Por lo tanto, si quiere realizar una limpieza hepática es necesario una limpieza previa de colon.
En algunos casos una limpieza hepática no resulta efectiva si previamente no se ha producido una limpieza del intestino grueso. El atasco de residuos reduce la secreción adecuada de bilis y impide que la mezcla de aceite pase fácilmente por el tracto gastrointestinal.
En personas muy estreñidas, la vesícula apenas consigue abrirse durante la limpieza hepática.
Además una limpieza de colon, evita o minimiza toda molestia o náusea que pueda surgir durante la limpieza de hígado, pues evita el reflujo de productos residuales y ayuda al cuerpo a eliminar rápidamente los cálculos biliares.
El mejor momento para realizar una limpieza de colon es el día de la limpieza hepática propiamente dicha.
Para las personas que tienen un colon muy congestionado o suelen estar estreñidas, recomendamos realizar dos limpiezas de colon antes de la primera limpieza hepática.
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